El 15 de septiembre del año 1983, muere William Correa “Willie Bobo” (1934 - 1983) en Nueva York. Bravo percusionista que se destacó principalmente en el Latín/Jazz acompañando a “Mongo” Santamaría, Tito Puente, Cal Tjader y la banda de George Shearing entre otras.
En el candente universo de la rumba y el jazz, Willie Bobo (n. en Harlem, Nueva York, febrero 28, 1934 - m. en Los Á ngeles, California, EE.UU, septiembre 15, 1983) es venerado como uno de los más extraordinarios percusionistas de todos los tiempos. En el ámbito de la música afrocubana, es considerado un bongosero y timbalero fuera de serie. Como baterista, en el panorama del jazz, una referencia obligada. De origen muy humilde, se asegura que jamás fue a la escuela y que su formación académica - apenas aprendió a leer - y musical fue eminentemente autodidáctica. Fue el tercero y único varón de los cinco hijos procreados por el matrimonio que formaron el arecibeño Pedro «Pop»Correa y la catañés Faustina Gómez. Su padre era buen guitarrista y cantante especializado en la segunda voz. Desde muy joven encabezó conjuntos, pero siempre tuvo que alternar su vocación artística con otro empleo para procurarse el sustento. Fue durante un baile que amenizó en Cataño que conoció a quien sería la madre de sus retoños. A raíz de que ambos se casaran, en 1923 marcharon a Brooklyn, Nueva York, respondiendo a la convocatoria de una refinería de azúcar que solicitaba trabajadores. En este condado nacieron sus dos primeras niñas: Anna y Pura. Un accidente laboral en el que perdió la mitad del dedo pulgar de la mano izquierda lo hizo acreedor de una compensación económica que le permitió mudarse a un apartamento localizado entre la Calle 115 y la Avenida Lenox, en el Barrio Latino - entiéndase Este de Harlem - de Manhattan. Exactamente allí, a través de una partera, nuestro biografiado vio la primera luz. Posteriormente vendrían Helen y Laura. Para aquella época, debido a la Gran Depresión económica que abatió a la Nación, Pedro «Pop» Correa organizó un trío junto a un vocalista y maraquero y un ejecutante de la primera guitarra. Frente a aquella formación trabajaba los fines de semana en restaurantes de la zona, casi siempre por propinas. Tal fue su único medio de ingresos durante mucho tiempo.mientras tanto, cuando el pequeño William tenía cinco años, lo inició en el aprendizaje de los bongoes… aunque en lugar de estos tambores utilizaba unas latas vacías de alimentos con que la Cruz Roja socorría a los menesterosos. Más adelante, forzado por la pobreza, William comenzó a deambular por las calles junto a Víctor Pantojas «El Negrito Pantoja», un amigo y vecino con las mismas inquietudes musicales, cantando y tocando rústicos tambores con la intención de que quienes los escucharan los compensaran con monedas. En 1941 eran habituales en la estación del tren de la Séptima Avenida. Narciso «Papi» Torres y Federico «Papi» Pagani Jr. se les unían con bastante frecuencia. Entonces contaba siete años de edad. Poco después de haber cumplido trece, 1947, el ya famoso sonero cubano Francisco Grillo «Machito» le brindó la oportunidad de convertirse en su band boy. Y, aunque el interés principal del prometedor y jovencísimo músico era poder entrar a los salones donde aquel se presentaba frente a sus Afro Cubans y que, por razones de edad, se le prohibía la entrada, Machito, a quien se referiría como “mi primer mentor”, le pagaba, pues ya tenía referencias de su talento.Gracias a aquella experiencia, por fin pudo adquirir unos bongoes verdaderos. No pocas veces, Machito le permitió hacer gala de sus habilidades en funciones presentadas en el Park Plaza, el Hunts Point Place y el Tropicana Club de Bronx acompañado por su poderoso bandón. Entonces también se incorporó oficialmente al grupo de su progenitor. Y, recomendado por el irrepetible sonero y líder, su actividad como percusionista se formalizó y comenzó su ascenso. Así fue requerido para integrar los conjuntos formados para acompañar a los cantantes que se presentaban en los teatros Apollo,Puerto Rico, Jefferson y Triborough. En 1950 tuvo la dicha de conocer a dos geniales percusionistas cubanos, Ramón «Mongo» Santamaría Rodríguez yArmando Peraza, quienes llegaron a Nueva York procedentes de México, integrando el espectáculo Black Diamonds.Ambos optaron por permanecer en esta plaza. Y al quedar impresionados por el talento de Willie, se convirtieron en sus maestros, depurándole la técnica y adentrándolo en los secretos de la música yorubá y el jazz. Igualmente, le enseñaron a leer y hasta lo iniciaron en la Santería. De ahí que, durante largo tiempo, muchos lo llamaran por el apodo de «Babalú»,que también cargaba el consagrado rumbero Miguelito Valdés. La vinculación e identificación con el primero de aquellos maestros fue mucho más prolongada que con Peraza, pues éste prefirió proseguir su carrera en la Costa Oeste. Volvería a compartir con él algunos años después. Recomendado por Mongo, durante el período 1950-1953 Willie agotó pasantías por las orquestas de José Bidet, Marcelino Guerra y el bien cotizado conjunto Johnny Seguí y Los Danddys. También, en junio de 1951, intervino por primera vez en una sesión de grabación, que fue con la cantante y pianista Mary Lou Williams y que Asch Records editaría al año siguiente. Y fue precisamente aquella diva del jazz quien le estampó el nombre de Willie Bobo que lo identificaría durante el resto de su vida… y hasta el día de hoy. El 1952, Mongo reemplazó a Frankie Colón en la ya reconocida orquesta de Tito Puente. Algunos meses más tarde, ya entrado 1953, el bongosero de esta organización, José Manuel «Manny» Oquendo, renunció a su posición por discrepancias con su patrón. El ilustre conguero cubano se apresuró entonces a recomendar a Willie Bobo. Conciente de que si Mongo lo consideraba capacitado para llenar la vacante era porque, indiscutiblemente, era muy bueno, Puente lo aceptó de immediato. Respecto a la noche de su debut con esta súper banda, acontecido en el mítico Palladium Ballroom de Broadway, una anécdota quedó perpetuada en la historia. Resulta que, por alguna razón, Tito Puente no llegaba a cumplir su compromiso, mientras que los músicos se sentían muy presionados e impacientes ante el reclamo de los bailadores. Así las cosas, estimulado por su mentor, Willie Bobo tomó los timbales, marcó la entrada de Mambo Inn e inició el primer set. Y, provindencialmente, mientras ejecutaba una explosiva descarga que provocaba el frenesí del público, apareció Puente.Éste permaneció en la entrada del salón impresionado con el trabajo de su nueva adquisición. Al finalizar la pieza se le acercó y le comentó: “apenas acabas de llegar y ya quieres quitarme la orquesta”. Con Mongo y él, Tito completó una de las trilogías más extraordinarias que haya tenido sección rítmica en una orquesta, tanto en la música afrocubana como en el jazz. Se denominó Ti-Mon-Bo - o sea, Tito, Mongo & Bobo - que quedó plasmada en una decena de producciones discográficas editadas por Tico Records y RCA Victor, así como evocada en uno de los mambos clásicos de la orquesta. Aunque colaborarían en proyectos afiliados hasta adentrados los ‘60, las permanencias de Mongo y Willie en la orquesta de Puente culminaron en 1958. El cubano organizó su propio trabuco, en cuya discografía esencial el boricua sería puntal, aunque pronto éste se vinculó al quinteto del vibrafonista Cal Tjader -con quien había grabado un año antes - , estableciéndose en San Francisco, California. Tal fue el punto de partida de su consagración. En este conjunto coincidió con su amigo de la infancia Víctor Pantojas. Willie Bobo participó como baterista, timbalero y bongosero en la discografía representativa de Tjader, junto a quien viajó extensamente. Paralelamente, acumuló un impresionante historial como instrumetista de sesión (o “de estudio”).Intervino en grabaciones de numerosas estrellas del jazz, la música afrocabana, el R&B, el soul y la onda pop. Desde 1962 y hasta después de 1970 colaboró en los estudios con el flautista Herbie Mann. También lo acompañó en varias giras por América y Europa. Además, en diversos y programas televisivos, no pocas veces reforzó las orquestas de los cubanos René Blosch, René Touzet, Marco Rizo Ayala y el argentino Lalo Schiffrin. Sin frenar su trabajo como sesionista, en 1965 organizó su propia orquesta de salsa y jazz latino. Durante los próximos tres años se desplazaría constantemente entre Nueva York y California, pues le surgió un ventajoso contrato como atracción permanente del Jazz Club que Count Basie mantenía en Harlem, mientras que los productores de Verve Records, que editaban sus grabaciones, requerían su presencia en los estudios de la compañía en Los Á ngeles. Cumplido aquel compromiso, regresó a California, estableciéndose de manera definitiva en Los Á ngeles. Uno de los trabajos más interesantes que realizó entonces fue en calidad de actor, formando parte del elenco habitual de la serie humorística The Bill Cosby Show / COS, de NBC TV (1969-1971), caracterizándose a sí mismo. Dentro de esta nueva faceta en su trayectoria artística, Willy Bobo dio vida a «Johnny Mayfield» en la película Game Show Models (comedia de David Neil Gottlieb Productions, 1977); apareció en las teleseries Chico and the Man (NBC TV, 1976); The Tonight Show Starring Johnny Carson (NBC TV, 1977) y Ad Lib (Yorkshire Television / YTV, 1981). También apareció en el documental Soul to Soul (Ghana Arts Council & Nigram Productions, 1971), dirigido por Dennis Sanders. https://www.facebook.com/groups/RadioSalsaClasica/ http://www.elcaobointernacional.com |
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